Investigadora UTEM Paola Aceituno y las Comisiones Parlamentarias para el Futuro: «Se fomenta una cultura política que no se limite al corto plazo electoral»
Autor: Joaquín|
En su libro “Prospectiva: bases y práctica fundamental para la toma de decisiones” (Ediciones UTEM, 2017) la investigadora y académica de nuestra universidad Paola Aceituno Olivares destaca que la citada disciplina como campo de estudios del futuro “considera el abordaje de la complejidad a través de la interdisciplina, la interinstitucionalidad y la convergencia entre el pensamiento y la acción”.
De allí es que uno de sus principales temas de estudio actualmente sea el desarrollo de Comités o comisiones Parlamentarios para el Futuro, como una forma de dotar a la política inmediatista de una visión más amplia. En un texto que publicó en julio de este año en el Centro de Investigación sobre Políticas de la Universidad de Naciones Unidas, Aceituno señala con claridad: “A pesar de la necesidad cada vez mayor de prever los desafíos futuros, los responsables de las políticas a menudo se resisten a adoptar enfoques preventivos y, en cambio, posponen la toma de decisiones hasta que surgen las crisis”.
Los tiempos que corren requieren una gestión pública con temple en la coyuntura y con actitud para el mañana. Los Comités Parlamentarios para el Futuro son herramientas clave para articular un proceso con dichas características. “Fortalecer las redes de organismos parlamentarios de prospectiva, como las iniciativas en curso en América Latina y el Caribe, y seguir impulsando el desarrollo a través de las Cumbres de los Comités Nacionales para el Futuro, será crucial para que los gobiernos puedan prepararse para la incertidumbre y legislar pensando en las generaciones que vienen”, plantea la investigadora en su texto en Naciones Unidas.
Sobre esta temática y el aporte que el Magíster de Gerencia Pública de nuestra universidad hace a estos desafíos gira la siguiente conversación con la académica.
Usted acaba de publicar recientemente una columna sobre Comités o comisiones Parlamentarios para el Futuro en la web del Centro de Investigación sobre Políticas de la Universidad de las Naciones Unidas. ¿De qué se trata esta iniciativa y cómo nuestro país se conecta con ella?
– Estas comisiones buscan crear un espacio institucional dentro de los congresos locales que no se limite únicamente a reaccionar a las demandas inmediatas, sino que se anticipe a los grandes retos de mediano y largo plazo. La idea central es que los parlamentos, además de legislar sobre lo urgente, tengan también la capacidad de legislar sobre materias que involucren anticiparse a tendencias globales, como la transformación digital, la inteligencia artificial o el envejecimiento poblacional, traduciendo esas señales de cambio, en análisis para la creación de políticas sostenibles y coherentes a los cambios.
Estos comités cumplen varias funciones: promueven el debate informado con base en evidencia científica, fortalecen la cooperación entre parlamentos y centros de investigación y fomentan una cultura política que no se limite al corto plazo electoral, sino que piense en las próximas generaciones.
En cuanto a nuestra región, Chile es pionero en la creación y vigencia de una instancia parlamentaria de estas características, que es precisamente la Comisión Desafíos de Futuro Ciencia y Tecnología, en la que se discuten los efectos de las transformaciones e incluso ha propiciado desde el 2022 la creación de un organismo que se preocupe de que en Chile las políticas públicas se elaboren teniendo en cuenta estudios de futuro, lo que implican anticiparse, mapear, revisar tendencias, señales débiles, es decir, lidiar con la incertidumbre y las implicancias de lo que significa cambiar un paradigma desde lo inmediato, desde lo que se denomina miopía política, a decisiones sostenibles con mirada de largo plazo.
Esta comisión es un ente impulsor de los Congresos Futuro que ponen a disposición no sólo los cambios, sino que también los cuestionamientos que trae, nos obliga a pensar críticamente y a buscar respuestas a cómo queremos abordar esos cambios, si los queremos desarrollar desde lo reactivo o desde lo anticipatorio. Este año, el Congreso Futuro alojó el tercer Encuentro Parlamentario de Comisiones o Comités de Futuro, con la presencia de diecisiete países.
En dicha oportunidad, los delegados dejaron claro que los Comités para el Futuro no son prácticas opcionales, sino componentes necesarios de la resiliencia nacional y global. Asimismo, ratificaron su adhesión a los principios del Pacto Digital Mundial y la Declaración sobre las Generaciones Futuras.
Entonces, la idea de los Comités Parlamentarios para el Futuro se relaciona directamente con una materia que es una de sus especialidades: la prospectiva. En su libro “Prospectiva Estratégica” usted señala que esta disciplina es “una forma integradora de cómo se construye o no el futuro”. ¿Considera que la región se encuentra en una fase de “construcción” o “no construcción” de su futuro?
– Creo que la región tiene avances y retrocesos. Tal como varias tendencias lo señalan, hay preocupación por el crecimiento, la democracia y la seguridad. Pero en definitiva, nada es tan lineal como creemos y muchas veces nos encontramos reacomodando nuestros caminos, sin embargo, los discursos o pensamientos refundacionales de cualquier tipo son los que retrasan la llegada al futuro.
Por eso, la tarea de la anticipación y la construcción del mañana no habla sólo de la tecnología, sino que entiende que también hay un gran componente social que es -en definitiva- el que vive y procesa las experiencias, las que deben ir acompañadas con visiones de largo plazo, que cada vez que hay un cambio de gobierno no signifique comenzar de cero y mantengamos al menos un rumbo, que si debemos enmendar o corregir, no nos lleve a la suma cero. Aquí la colaboración y el reconocimiento de la importancia del diálogo y la experiencia -y, por supuesto, el respeto- son fundamentales.
En el texto que publica en Naciones Unidas usted habla -de hecho- de “miopía política” al referirse a la necesidad de los Comités Parlamentarios para el Futuro, reflejando ahí un defecto que arrastra nuestra región. Dada la actualidad de América Latina ¿cómo ve la posibilidad de que este tipo de comités puedan profundizar su influencia en la gestión pública?
– Claro, la “miopía política” se asocia a lo que comentaba anteriormente, a esto de que cada gobierno olvida que esta administrando un Estado y que ese Estado responde a una sociedad diversa. Una sociedad que quizás cambia, pero en particular la sociedad chilena cambia lentamente y eso puede ser un campo fértil para decisiones de largo aliento.
La prospectiva quiere que la miopía política deje de ser la regla, es decir, que los gobiernos no respondan sólo a los críticos o a sus partidarios o al evento del minuto, si bien es importante dar respuesta a lo urgente, no es posible que lo urgente pase a ser la brújula, es necesario recuperar el sentido común de pensar en el país, región o ciudad en la que queremos estar en veinte o cincuenta años más.
Pero esto también implica un cambio estructural en cuanto a la cultura de lo inmediato, porque una cultura clientelar sólo genera frustración; es necesario avanzar hacia una cultura que entienda la necesidad de gestar acuerdos a largo plazo consensuados y que un cambio, un ahorro, una decisión tomada hoy puede ser significativa para las próximas dos décadas. Se trata de algo que debe ser internalizado como una nueva forma de enfrentar los problemas que -además- vemos son sistémicos y que no existen palabras mágicas para cambiar y obtener lo que queramos en lo inmediato,
Como decía, existen los acuerdos, las promesas cumplidas, las sostenibilidad fiscal, la democracia, la anticipación que nos permita resiliencia, sobre todo a un país como el nuestro. Y en esta tarea, no sólo la perspectiva técnica de la prospectiva es suficiente, como dije es necesario el apoyo político y las comisiones de futuro son un puente para ello.
Y de acuerdo a todo lo que plantea, ¿cómo observa la manera en que el Magíster en Gerencia Pública de nuestra universidad aborda en su enseñanza estos desafíos que comenta?
– En esto quiero ser muy categórica. Los primeros impulsos de la prospectiva en Chile parten desde la UTEM, por una vicerrectoría de Vinculación con el Medio que creyó que los temas de futuro y prospectivos eran una temática urgente para nuestro país hace más de una década.
Nuestra universidad ha sido la primera en varios aspectos relacionados a la prospectiva en Chile, como -por ejemplo- publicar libros técnicos, alojar encuentros y seminarios, además de una publicación como la revista de Estudios Políticos y Estratégicos EPE que admite estos temas como parte del interés científico. Todo ello sumado a que para el Programa de Estudio de Políticas Públicas de la Facultad de Administración y Economía estos temas son fundamentales. La visión de futuro en cada carrera y en específico la preparación técnica que ofrece en Prospectiva Estratégica para las políticas Públicas el Magister en Gerencia Pública creo que, hasta el momento, es la única instancia similar al menos en la oferta académica en Chile.
Es un gran diferenciador de los gestores públicos que se requieren, es decir, que comprendan que las tendencias globales también inciden en lo local, que la generación de escenarios futuros anticipatorios son fundamentales para crear resiliencia en el Estado. Las capacidades que entrega el Magister en Gerencia Pública son realmente actualizados, ya que están incorporando un tema, una disciplina que el día de mañana para todos será esencial manejarla